miércoles, 3 de diciembre de 2008

POEMA AL HIJO

Para Nadia, Gonzalo y a mi hija más pequeña ( para mí, Violeta). Poema que le regalé a mi hijo el día que cumplió los 18. Poema que nunca colgó de la pared y que debe tener oculto en algún rincón.



Para que vivieras

-que no es chica tarea-

te concebí y te di

la vida.

¡Vive!



El mundo es grande,

pleno de gentes diversas

y surcado de infinitos,

entrelazados caminos.

El tuyo

aún está por trazar.




Quise enseñarte a leer

a tu manera

la rosa de los vientos,

también intenté

enseñarte a llevar

el paso firme,

y la mirada serena.

¡Camina!


La travesía no es

habitualmente fácil,

pero resulta siempre

una aventura.


Para tu vuelo soñé

un límpido azul inmenso,

y para tu libertad

trencé en sedas y algodones

alas fuertes y ligeras.

¡Vuela!.


Cuando al fin el tiempo

-¡qué remedio!- nos separe

será consuelo y premio

más que suficiente

saber que vives en paz

contigo mismo

y con los hombres,

o sea,

que eres feliz.

Carmen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A un hijo hay que ponerle un nombre que signifique algo, que tenga un valor para nosotros, así, tal vez, tenga un significado también después para él o pra ella.
Pero un nombre puesto - más bien impuesto - unilateralmente , sin saber de dónde vino ni por qué o por quién, y obligatoriamente pronunciado para siempre, es un crimen.
¡¡ Y no lo acepto!!.
Será perennemente un mazazo!!