reescrito a partir de un texto mío antiquísimo, de no sé cuándo.
No sabré conquistarte
como feroz guerrero
ni clamar ante tí
cual pobre peregrino.
Me quedaré aquí
sólo para escucharte
y encender una luz
que alumbre tu camino.
Tal vez un día frío
precises de mi fuego
y comprendas al fin
que yo soy tu destino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario