Mayo de 1997. Recordando el fin de la adolescencia, tal vez.
Después de tanto esfuerzo
inútil por amarnos,
él me susurró a ciegas,
tal vez sin verme siquiera
en medio de aquella oscura
soledad
"te quiero...¿es que no me oyes?,
te he dicho que te quiero "
Mi respuesta llegó lenta,
ajena, fría, lejana...
el corazón se me helaba
y , le dije
solamente
"no es preciso,
no hace falta que mientas" .
Mavi.
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