sábado, 6 de diciembre de 2008

Lectora de Machado II

Escrito hace casi 30 años, y llena de rabia y de ira ante el dolor a traición y a bocajarro. La ceguera que me provocó me llevó a errar probablemente mucho mi camino, y cometí errores, graves, si bien no llamativos, errores. Sin embargo, tal vez, era precisamente lo que tenía que hacer. Aún no lo sé. Ya no lo podré saber jamás, pues lo que pudo haber sido y no fue...
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...Y no, no es verdad,no hay en la distancia ni en el tiempo consuelo; ni belleza en la nostalgia. Porque no es melancolía esto, ni nostalgia...Sólo es sorda desesperación, conciencia de lo irrecuperable.
Porque la ausencia es un desgarro, un tajo en carne viva; las cicatrices que quedan, si no son por heridas de antemano aceptadas, si no son más que un estúpido - y sin embargo por todos propiciado y alentado - accidente, averguenzan y repugnan. No queremos mirarnos siquiera en el espejo....Cerrar los ojos para seguir andando...
A veces, sin embargo, -resulta inevitable- pasamos frente a un cristal, o rozamos sin querer con los dedos la llaga, y pensamos: quizá la felicidad de los más necios sea lo cierto, el refugio seguro. Pero es un paraiso que los dioses abren sólo a los elegidos, la lucidez te ha cerrado esa puerta. Y el arte tampoco compensa...Aunque - y bien lo sabes- el arte es un infierno que también te ha sido negado.

Mavi

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