El anhelo innombrable, el deseo - a veces acuciante - de disolverse en la niebla..., como cualquiera, como todos, a fin de cuentas...¿ o no?.
Ya ha vuelto
la llamada asaltante ,
la angustía y el grito
sin voz y sin nombre,
de origen ignoto
y oscuras raices....
El deseo,
(antes expresado
que sentido),
del aniquilamiento,
del no ser,
ser,si acaso, el vacio
de un vago recuerdo,
no ser, nunca,
ya no, ya no, no ser,
no,no...nunca,
nunca...no.
¿Cómo dar las gracias a los azares y a los hacedores de estos oscuros presagios que nos van invadiendo y envenenando el alma?
Mavi-Canto
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