domingo, 17 de agosto de 2014
Leyendo a Virginia Woolf
LEYENDO A VIRGINIA WOOLF (¿Una acuarela?)
La luz de oro se mece
en cuna de añil y plata,
y esmeraldas y amarillos,
rizados de espuma blanca,
se deslizan en la orilla
acariciando la playa.
Ocres y verdes y azules....,
entre la arena y las algas
rememora otras mareas
la desvencijada barca:
¡ay, qué hermosos pescadores!
¡ay, qué altas velas de nácar!.
Leyendo a Virginia Woolf
LEYENDO A VIRGINIA WOOLF (¿Una acuarela?)
La luz de oro se mece
en cuna de añil y plata,
y esmeraldas y amarillos,
rizados de espuma blanca,
se deslizan en la orilla
acariciando la playa.
Ocres y verdes y azules....,
entre la arena y las algas
rememora otras mareas
la desvencijada barca:
¡ay, qué hermosos pescadores!
¡ay, qué altas velas de nácar!.
jueves, 26 de diciembre de 2013
El TIGRE:
Mechrrum presintió
siempre la llegada
del tigre.
Con temerosa
y expectante
alegría.
anhelaba la música
callada de su andar
felino,
el salvaje grito
de vida
que brillaría
en sus ojos;
el aliento que pintara
en el aire la sucesión
-perplejidad, certeza-
de todo lo futuro y
lo pasado...
Mechrrum intuía
la llegada del tigre
como aguarda el bosque
otra primavera.
Mechrrum presintió
siempre la llegada
del tigre.
Con temerosa
y expectante
alegría.
anhelaba la música
callada de su andar
felino,
el salvaje grito
de vida
que brillaría
en sus ojos;
el aliento que pintara
en el aire la sucesión
-perplejidad, certeza-
de todo lo futuro y
lo pasado...
Mechrrum intuía
la llegada del tigre
como aguarda el bosque
otra primavera.
jueves, 7 de febrero de 2013
...Mi corazón te aguarda.
. ...Mi corazón te aguarda..
El pan de tus palabras
de nuevo dámelo hoy,
o desertarán del aire
todos los pájaros,
la brisa y sus perfumes,
no se escuchará ya nunca
la música, y mi pecho
será un inmenso
y transparente
campo devastado.
...................................
Me arrastrará este
océano de blancos
abismos de silencio,
y la pena
y la culpa
- tan sin culpa del alma-
cristalizarán en sal
que ha de secar
la tierra.
Ni flores ni rastrojos
sobre una oscura piedra,
ni barro, silencio
sólo,...y olvido,
apenas una bruma,
el eco vago de un
nombre, como
un confuso sueño
que se deshilacha
al despertar.
El pan de tus palabras
de nuevo dámelo hoy,
o desertarán del aire
todos los pájaros,
la brisa y sus perfumes,
no se escuchará ya nunca
la música, y mi pecho
será un inmenso
y transparente
campo devastado.
...................................
Me arrastrará este
océano de blancos
abismos de silencio,
y la pena
y la culpa
- tan sin culpa del alma-
cristalizarán en sal
que ha de secar
la tierra.
Ni flores ni rastrojos
sobre una oscura piedra,
ni barro, silencio
sólo,...y olvido,
apenas una bruma,
el eco vago de un
nombre, como
un confuso sueño
que se deshilacha
al despertar.
martes, 8 de mayo de 2012
RAZONES ADOLESCENTES PARA LA EDAD TARDÍA:
; Porque entre cándida y loca,
como la pobre Violeta,
también un día yo he vuelto
de nuevo a los diecisiete.
Porque el alma se me abre
como despierta la flor
a los susurros del sol
cuando tu voz me conmueve.
Porque la vida repica
como campana en abril,
como agua clara del río,
si llega tu risa a mí.
Porque vibran mis latidos,
mis nervios, mis pulsaciones,
y siento mil corazones
cuando adivino tu aliento.
Porque hacia el ocaso ya
ha vuelto a crecer, de pronto,
un rojo y ardiente sol
que estaba, de frío, yermo...
Porque esta tibia luz
será mi última estrella
y quiero aferrarme a ella....
porque los ojos se anegan
cuando me asalta el temblor
de que es un vuelo fugaz,
caricia, consuelo apenas
a un gastado corazón
de desoladas ausencias.
; Porque entre cándida y loca,
como la pobre Violeta,
también un día yo he vuelto
de nuevo a los diecisiete.
Porque el alma se me abre
como despierta la flor
a los susurros del sol
cuando tu voz me conmueve.
Porque la vida repica
como campana en abril,
como agua clara del río,
si llega tu risa a mí.
Porque vibran mis latidos,
mis nervios, mis pulsaciones,
y siento mil corazones
cuando adivino tu aliento.
Porque hacia el ocaso ya
ha vuelto a crecer, de pronto,
un rojo y ardiente sol
que estaba, de frío, yermo...
Porque esta tibia luz
será mi última estrella
y quiero aferrarme a ella....
porque los ojos se anegan
cuando me asalta el temblor
de que es un vuelo fugaz,
caricia, consuelo apenas
a un gastado corazón
de desoladas ausencias.
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