jueves, 23 de julio de 2009

Un gato ciego

Atónita e inerme
me veo ante un abismo,
frente a ese claro espejo
desde el que miras tú.

La densa oscuridad
de arenas movedizas
que de ellos me separa
es como un gato ciego;
la distancia hasta tí
resulta irremediable.

Este vacio siempre
dibuja tu mirada:
comprensión, desengaño,
sus colores mezclados;
¡qué tristeza insondable
habitaba en tus ojos!---

Deambulan mi memoria
como si no hubiera habido
jamás allí recuerdos;
los destierran de ella
cóncavas soledades,
contra el diáfano espejo
obsesivas y fijas,
océanos sin estrellas,
ojos de un gato ciego.

1 comentario:

MAXPER dijo...

Hola, Canto,

El poema se mueve con autoridad y ligereza.Mensaje entre la elección de lo sencillo en tema y altura en lo que transmite.

Un abrazo

Max