Según me contó, lo escribió un día cualquiera, como ejercicio de creatividad espontánea, en sus años de universidad, antes de que la vida le diera el primer hachazo...luego vinieron más.
Resignate a morir,
viejo amor mío,
no vuelve atrás el río
ni vuelve a ser
presente lo pasado;
que no hay cosa más fría
que el cráter de un volcán
si está apagado.
María Jesús Picornell.
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