viernes, 31 de octubre de 2008

Correspondencia

Escrito hace poco, apenas un mes o dos. Pero ya no recuerdo bien a qué estimulo respondió:

Correspondencia.

Ritmo de espumas,
cantor de sal,
de azul y plata
hace requiebros
-¡esa cadencia!-
para unos ojos
desiertos ya.
Se hiergue grácil,
-despliega duende
en esa danza-
como en abrazos
para una piel
desmemoriada
de tacto o brisa;
para un deseo
dormido al fin.
Y para un alma
que anda a la busca,
que apenas sabe
siquiera si es....

Pero el mar
jamás refleja los ojos
en los que se mira él.

sábado, 25 de octubre de 2008

La niebla

Ahí otro poema. Éste es mio:


Contigo, y ya sin tí,
respirando lenta ausencia
- reverso de otra existencia -
sin tí, que aún estás aquí,
sólo tengo una certeza:
este mudo hueco frío
como de nido vacio.
Y mis sucesivas tardes
se visten de seda suave
del luminoso color
de la tristeza.

Mavi de Soto.

Escrito entre la primavera y el verano de 2008, verano largo, tórrido, lento y cansado)
Tengo que corregir el primer texto que escribí en este blog. Es un poema que escribó mi madre en sus años de estudiante universitaria, pero yo he transcrito mal un verso. Ahí va de nuevo, rectificado:

Resígnate a morir,
viejo amor mío.
No vuelve atrás el río
ni vuelve a ser presente
lo pasado;
que no hay cosa más fría
que el cráter de un volcán
si está apagado.

O algo así venía a ser. Porque sólo lo recuerdo de oírselo recitar a ella de vez en cuando, cuando sentía nostalgía de una juventud prometedora y llena de expectativas que no pudieron cumplirse, porque la historia general ( la del país) y la particular ( indisolublemente ligada a la otra, y consecuencia lógica de la misma) se lo impidieron con voluntad ciega y empecinada.

sábado, 4 de octubre de 2008

Canto y jardín

Resignate a morir,
viejo amor mío,
no vuelve atrás el río
ni vuelve a ser pasado
lo presente;
que no hay cosa más fría
que el cráter de un volcán
si está apagado.

Escrito por María Picornell, allá por los años treinta y tantos